El perdón nunca es fácil. La amargura es fácil, el odio es fácil pero, el perdón, eso es duro. A veces la gente dice cosas que no quieren decir, o hacen cosas que no pueden cambiar. A veces, nosotros, hacemos cosas que no podemos cambiar. Así que nos alimentamos para matar de hambre al dolor. Todos tenemos miedo de algo. Pero al frente de una gran desesperación comprendí que: lo que he hecho es quién soy. Pero lo que he hecho, no es quien seré. Ha pasado mucho tiempo desde que me dí cuenta de que lo que he hecho no es lo que puedo ser. Descárgate de los errores del pasado y, cuando lo hagas, tu corazón se hará más fuerte. Yo debo saberlo, se supone que mis errores salieron hace mucho tiempo. Eso no significa que lo hecho esté olvidado. Lo que se ha hecho, está ahí fuera.
